Del papel a la mesa 2 – ¿Por qué Red Cathedral se ve tan bien?
En un artículo anterior les contamos un poco sobre el proceso que se desarrolla desde la idea de los autores de lo que hoy es The Red Cathedral hasta que tienes el juego en tu mesa y los disfrutas con tus amigos. Hoy continuamos la conversación con David Esbrí, editor de Devir, y conoceremos más sobre el trabajo de arte, ilustración y diseño que llevó a este juego.
Nos comenta David que cuando Devir tomó el proyecto de The Red Cathedral, Pedro Soto y Chema Román ya estaban trabajando en el arte, y muchas de sus ideas formaron parte del producto final. Ellos mismos nos cuentan que ya han trabajado juntos en el pasado, y se complementan muy bien. Sin embargo, para Chema esta fue la primera experiencia trabajando en un juego de mesa, aunque su perfil de historiador lo ayudó mucho. En discusión con Pedro decidieron utilizar el estilo pan-eslavo, típico del proceso de recuperación de los valores de la Rusia del Zar de principios del siglo XX, adaptándolo al período histórico de construcción de la catedral (siglo XVI).
Al preguntarles sobre sus fuentes de inspiración, Pedro y Chema nos hablan de los pintores itinerantes rusos que hacían pintura histórica, con ilustraciones frontales, de líneas limpias y colores planos pero muy expresivas. En particular se focalizaron en el arte de Iván Bilibin, cuyo dibujo parece representar plano sobre plano, como si fuera una puesta teatral, sin perspectivas forzadas.
Combinar sus estilos fue todo un desafío. Pedro quería lograr un efecto donde algunos dibujos más realistas se combinaran bien con los diseños y maquetas propias de los planos de la catedral. Si bien originalmente planeaba participar del diseño gráfico, unos compromisos previos se lo impidieron, y allí es donde entra en escena Jordi Roca.
Tras haber trabajado para Devir en el diseño de Paris: La Cité de la Lumiére, David Esbrí vuelve a convocarlo para darle un lenguaje gráfico y diseñar los componentes para The Red Cathedral. Jordi jugó varias veces el prototipo para entender bien las mecánicas y trabajar luego sobre la iconografía. Su objetivo era que las acciones se entendieran bien, ordenando el tablero de jugador y representando todo de manera que no tuviera dependencia del idioma. (Por si no lo sabían, The Red Cathedral incluye cinco reglamentos en español, catalán, italiano, portugués e inglés, y las cartas no tienen texto).
La maquetación del reglamento también tuvo en cuenta el diseño de los elementos, dándole al juego su estilo único. Jordi reconoce que el diseño de los componentes para lograr meterlos en una caja pequeña fue todo un trabajo de ingeniería, pero finalmente lo lograron para sorpresa de muchos. Y hablando de estos elementos, David recuerda su búsqueda de objetos que pudieran no solo darle un aspecto visual único al juego, sino que fueran funcionales a la experiencia lúdica. Por ejemplo, una primera versión de las gemas eran planas de un lado, lo que hacía que fueran muy difíciles de levantar de la mesa.
Sobre la caja, David apostó por la coherencia en la colección de juegos Devir (la caja de The Red Cathedral es del mismo tamaño que la de Silk, Karekare y Ratzzia), al mismo tiempo que proponía que un gran juego, con una excelente calidad de componentes, podía ofrecerse en un tamaño más transportable. También tuvo en cuenta que el transporte a EE.UU. y Latinoamérica se encarece mucho cuando las cajas están medio vacías, y este tamaño les permitía así optimizar costos y ofrecer un precio al público más que conveniente por lo que se está ofreciendo.
Consultados sobre cuál creen será el factor diferencial para The Red Cathedral con respecto a otros juegos, las opiniones son diversas. Pedro Soto cree que la mecánica del rondel de dados es muy novedosa. Jordi Roca afirma que además de la originalidad de la fase de mercado, las reglas sencillas pero la complejidad estratégica será muy importante. David se apoya también en lo lúdico y cree que es un juego que puede interesar a un amplio abanico de jugadores, y que todos pueden disfrutarlo.
Como pudimos ver en estos artículos, The Red Cathedral ofrece una experiencia renovada: mecánicas simples, profundidad estratégica, un arte excepcional, componentes de lujo, todo en un tamaño compacto que sorprende con su contenido.
¿Ya probaronThe Red Cathedral? Si no, ¿qué están esperando?